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10 respuestas a cómo ahorrar energía con la calefacción en invierno

Escrito por Distribuciones Suner | 16/08/24 19:50

Cómo ahorrar energía con la calefacción en invierno ha sido una inquietud humana desde el origen de los tiempos. Si bien hoy en día pocas veces es un problema de vida o muerte, sigue siendo una cuestión crucial. Desde la rústica hoguera de leña hasta la moderna bomba de calor, pasando por todos los tipos de caldera (incluidas las de condensación), ahorrar energía lo determina todo: el diseño, el tipo de combustible, la tecnología de combustión: todo. Todo y más, ahora que las naciones se han propuesto metas de eficiencia energética a corto, mediano y largo plazo.

Por eso en este artículo vamos a darte 10 buenas respuestas a la pregunta de cómo ahorrar energía con la calefacción en invierno. Los consejos irán desde las acciones más simples y cotidianas, que no requieren ninguna inversión, hasta las menos simples y que sí piden alguna inversión.

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Antes de continuar con el artículo, unos comentarios que pueden serte de utilidad. Posiblemente una de las mayores causas de eficiencia en una caldera es el mantenimiento, incluido el remplazo de piezas defectuosas por recambios. Si necesitas repuestos para caldera de cualquier marca, cuenta con Suner.

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Ahora sí: cómo ahorrar energía con la calefacción en invierno

Es normal que en invierno gastemos más energía, en especial en lo que se refiere a calefacción y agua caliente. Sin embargo, hay formas de gastar menos sin perjudicar el confort. Veamos a continuación nuestros 10 consejos para ahorrar energía con la calefacción en invierno. 

1) Mantén la caldera funcionando bien

Si una caldera no es nueva, necesitará mantenimiento para funcionar bien, esto es, para lograr el máximo rendimiento calórico con el menor gasto posible de combustible. El R.I.T.E. establece que la frecuencia máxima de mantenimiento para una caldera doméstica es cada 2 años. Puede ser menos tiempo si es necesario, pero no más.

En vez de dar mantenimiento en cualquier momento del año, tal vez lo más conveniente es dar el mantenimiento poco antes de que el invierno comience. Es frecuente que en ese momento la caldera haya estado un tiempo sin usarse. Debido a esto, no es buena idea que el aparato pase de la total inactividad a la actividad intensa. No sólo no estará a punto para funcionar con su mayor eficiencia, sino que además podría fallar en medio del invierno, cuando más falta hace.

2) Usa abrigos o ropa de invierno

Este consejo puede parecer muy obvio, pero no lo es tanto. Si durante el invierno, aunque estés dentro de casa, usas ropa de invierno, sentirás menos frío y gastarás menos energía en calefacción. Es exactamente el mismo consejo que se da en verano con respecto al aire acondicionado: si tu ropa es fresca y tienes menos calor, necesitarás menos la climatización. Aquí es lo mismo pero a la inversa. Si estás bien arropado subirás menos el termostato.

3) No calefacciones más espacio del necesario

Seguro ya sabes que la caldera gastará más o menos energía en función de si tiene que calentar más más o menos metros cuadrados o cúbicos. Esto significa que si, por ejemplo, de noche en invierno estás en el salón con tu familia y la calefacción está encendida, pero los dormitorios o la cocina tienen la puerta abierta, la caldera gastará mucho más que si dichas puertas estuvieran cerradas. Y si hay algunas habitaciones que no tienen puertas, puedes plantearte si sería una buena inversión poner puertas ahí y no calentar espacio de más.

4) Aprovecha el sol y reduce la humedad

Una casa más húmeda será más fría y necesitará más calefacción. Por eso no es buena idea mantener la casa perennemente cerrada en invierno. Conviene abrirla en algún momento del día, para que no se acumule demasiado la humedad ambiental o la generada por el cuerpo humano. Lo mejor sería que el momento en que abras la casa, sea el de menos frío posible, o incluso el momento en que hay sol si es que lo hay.

5) Aísla térmicamente las ventanas y paredes

Es algo sabido que una buena parte de la disipación del calor generado por la calefacción, ocurre a través de ventanas mal aisladas o de paredes sin aislar. Una casa mal aislada térmicamente, pierde hasta un 30 % de la energía calorífica de la caldera, lo que implica casi un tercio de la factura de combustible pagado en vano. Toma en cuenta que, en vez de pagar facturas más elevadas, puedes invertir en materiales que aísles correctamente tu casa.

6) Aportar justo el calor que cada habitación necesite

Es una mala práctica permitir que la caldera distribuya por igual el calor en todas las habitaciones. No todas las habitaciones requieren el mismo grado de calor, ya sea por preferencias de las personas, o ya sea por las dimensiones de la habitación en términos de espacio cuadrado o de altura. Por eso, posiblemente lo mejor en este sentido sea instalar válvulas termostáticas en los radiadores. Esto permite regular la temperatura según lo que necesite cada habitación, lo que puede permitir un notable ahorro energético y en facturas.

7) Purga los radiadores al menos 1 ves por año

Cuando el aire (sea el que se genera de forma natural o el que entra por alguna fuga) se acumula en los radiadores, se reduce su capacidad de transmitir el calor del agua, y por lo tanto el consumo de energía aumenta. Por eso, es conveniente purgar los radiadores por lo menos una vez al año, o siempre que sientas que no están calentando adecuadamente.

Además a veces es necesario limpiar los radiadores, con el objetivo de eliminar incrustaciones o suciedad. Esto limita el poder calorífico del material y provoca un gasto mayor de energía para producir la misma cantidad de calor. Puedes seguir nuestro tutorial para purgar radiadores y calderas.

8) Remplaza los radiadores tradicionales

Los radiadores tradicionales son menos eficientes y necesitan el agua más caliente que los modernos radiadores de baja temperatura. Si está dentro de tu presupuesto, adquiere radiadores de baja temperatura, que producen el mismo calor con mucha menos energía. Ten en cuenta que no funcionan bien con cualquier caldera. Primero investiga.

9) Si tu caldera es eléctrica, remplaza tu fuente de energía

Es sabido que las calderas eléctricas consumen más energía y generan más facturas que las de gas o de gasoil. Aunque la instalación de calefacción eléctrica suele ser menos costosa, las calderas eléctricas tardan más tiempo en calentar el agua y gastan más energía. Esto se cumple especialmente en invierno, cuando la temperatura ambiente es más baja. 

A esto hay que sumarle que el costo de la corriente eléctrica suele ser mayor que el del gas o el gasóleo. En algunos lugares la calefacción eléctrica puede llegar a costar el doble, o incluso el triple que la de gas. Por eso, si tu inquietud es cómo ahorrar energía con la calefacción en invierno, un paso importante puede ser cambiar la caldera eléctrica por una de gas.

Incluso si ya usas gas licuado de petróleo como fuente de energía de tu caldera, debes saber que el gas natural es todavía más económico que el GLP. Aunque esto puede depender de la región en que vivas, usar gas natural puede ayudarte a ahorrar energía de calefacción en invierno. Es cierto que el gas natural es un poco menos eficiente que el GLP (se consume un poco más para generar el mismo calor), pero aun así sigue siendo más económico el natural.

Y lo mejor es que el cambio de GLP a natural por lo general no requiere que cambies de caldera. La misma caldera puede servirte si la adaptas. Muchas marcas de caldera vienen listas para trabajar con GLP o gas natural, con sólo unas pequeñas modificaciones que se basan en un kit de cambio de gas que tampoco es caro.

10) Remplaza tu vieja caldera por una más eficiente

Si tu caldera es poco eficiente, remplázala por una más eficiente. Por ejemplo, si tu caldera es de tecnología atmosférica (es decir, de las que tienen la cámara de combustión abierta a la habitación donde están emplazadas), su tecnología es mucho menos eficiente que la de calderas más modernas. No en vano las nuevas normativas de diseño ecológico prácticamente prohíben la instalación de calderas atmosféricas. 

Si quieres ahorrar energía con la calefacción en invierno por esta vía, lo mejor es que inviertas en una caldera de condensación, o incluso en una bomba de calor o suelo radiante, si están dentro de tu presupuesto. Puede que al inicio parezca un gasto notable, pero a la larga ahorrarás en combustible y en dinero sin tener que renunciar al confort térmico dentro de la casa.

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