La revisión y mantenimiento de las calderas y quemadores es un aspecto esencial para prevenir incidencias, paradas inesperadas así como los gastos asociados a detener el funcionamiento de esta maquinaria industrial. Las operaciones a realizar dependerán del modelo de caldera y de si estamos hablando de revisiones periódicas o de actuaciones frente a una avería, pero existen diversos aspectos a tener en cuenta de cara a conseguir un mantenimiento óptimo que permita optimizar el rendimiento y alargar la vida útil de todo el sistema.
Las operaciones de mantenimiento a realizar y su periodicidad irán en función del tipo de maquinaria, su instalación y uso. Los principales aspectos a tener en cuenta son el modelo de caldera y quemador, las horas de trabajo de los mismos, la antigüedad de las máquinas, el tipo de combustible que utilizan y la eficiencia energética del sistema. Asimismo, las operaciones a realizar dependerán del técnico de mantenimiento así como de la instalación contratada.
Si quemador y caldera funcionan de manera correcta, lo más habitual es que el mantenimiento se reduzca a un control con gases y una limpieza de la cámara de combustión, revisando los sistemas eléctricos y electrónicos. Por otro lado, si existe una avería, además de cambiar las piezas estropeadas, el técnico de mantenimiento deberá analizar la combustión para comprobar si la máquina es o no eficiente.
Las revisiones más habituales son las que se realizan de forma externa, puesto que estas son suficientes para examinar el buen funcionamiento y la seguridad de los elementos principales de la caldera y el quemador. Aún así, en ocasiones puntuales puede ser necesario también realizar revisiones internas, es el caso de las calderas pirotubulares, que pueden requerir de cambios en piezas situadas en el interior como los turbuladores.
Los quemadores industriales de fuel o gasóleo conllevan trabajos de limpieza cada menos tiempo, puesto que es un combustible que se considera más sucio. Por ello, requiere de un mantenimiento más habitual y constante, aunque las piezas de recambio son más económicas frente a los quemadores de gas.
Por contra, las calderas industriales de gas son más limpias y necesitan de un mantenimiento menos intensivo, ya que el estrés que sufren las piezas es menor. Sin embargo, cuando se requiere un cambio de piezas, el coste es más elevado frente a la maquinaria de gasóleo.
Dentro de las actuaciones de revisión y mantenimiento de estos equipos, una de las mediciones más importantes es el análisis de gases, como el CO, O2, NO, NO2 y SOx. Se debe medir también la temperatura del aire de combustión, la temperatura de los gases de combustión, la presión, el tiro, el rendimiento, la pérdida de gases de combustión y el exceso de aire. El consumo de gasóleo y gas puede controlarse gracias a los contadores de gasoil y gas, que realizan mediciones en ambos tipos de quemadores y calderas.
La presión del gas (GLP, GN o metano) se controla mediante presostatos de gas y aire, principalmente de la marca DUNGS. Este fabricante cuenta también con controles VPS para controlar la estanqueidad de la rampa del quemador. Por otro lado, la presión máxima y mínima de gas debe regularse o reducirse con electroválvulas de gas y reguladores de presión, cuyas marcas más habituales son DUNGS o Honeywell. Aún así, siempre será el profesional técnico el encargado de decidir las herramientas de análisis más adecuadas y necesarias para realizar la reparación o el mantenimiento de esta maquinaria industrial.