Elegir las herramientas correctas para realizar reparaciones en las calderas domésticas es algo esencial para ofrecer un servicio profesional, rápido y efectivo. En cambio, no utilizar las herramientas adecuadas o hacer un mal uso de ellas puede acarrear serios problemas, como errores en las mediciones, incidencias que se alargan más de lo que deberían e incluso el deterioro de la caldera.
A la hora de seleccionar las herramientas para reparar calderas, debemos elegir solo aquellas que sean de buena calidad, fabricadas por marcas fiables y de confianza, y evitar las fabricaciones de bajo precio, puesto que es probable que nos traigan problemas en muy poco tiempo. También es importante que sean lo más ligeras posible, ya que los trayectos de la furgoneta a la vivienda pueden ser largos y no todos los edificios cuentan con ascensor.
Fugas y desperfectos por malas prácticas en el uso de las herramientas
Al utilizar la llave pico de loro, o la llave inglesa, es importante no apretar demasiado las tuercas, porque si nos pasamos de rosca pueden producirse fugas. Por otro lado, si utilizamos destornilladores de baja calidad, es posible que no agarren bien y rompan la cabeza del tornillo.
En el caso del tester, merece la pena elegir un dispositivo de calidad aunque tenga un precio más elevado ya que si no mide correctamente amperios, voltios y continuidad nos puede llevar a un error en el diagnóstico. Esto conllevará retrasos importantes en la solución de las incidencias y una merma en la calidad de nuestros servicios.
También es clave realizar de manera correcta la limpieza del intercambiador primario. Para ello, deberemos utilizar una brocha con pelos de nylon, ya que las brochas de metal dañan las lamas del intercambiador y pueden provocar oxidaciones que generen fugas.
Tras realizar cualquier manipulación de la caldera siempre se debe llevar a cabo un análisis de combustión. Para ello, se utilizan los siguientes dispositivos:
Cada 12 meses, es imprescindible enviar estos aparatos a una empresa de calibración para asegurar que ofrecen lecturas correctas, puesto que es habitual que se descalibren con el paso del tiempo. Si los dispositivos no están bien calibrados darán valores incorrectos, provocando situaciones graves y no deseadas como avisos falsos de fugas o, por el contrario, fugas que pasan desapercibidas.
Las prisas, la falta de conocimiento y también el hacer un mal uso de las herramientas va a aumentar siempre el riesgo de no hacer un buen trabajo. Esto derivará en que la reparación puede dar problemas mucho antes de lo previsto y que el cliente se vea pronto con su caldera deshabilitada y con la necesidad de volver a contactar con el técnico para que revise esa reparación.
La consecuencia directa es un deterioro de la satisfacción del cliente, que dadas las circunstancias es comprensible, y una pérdida de tiempo y recursos por parte del SAT parte ya que tendrá que repetirse la visita al domicilio para solucionar una reparación defectuosa.