Uno de los trabajos habituales en una caldera de gas es instalar el quemador. Todo técnico de calderas con experiencia podría llevar a cabo los pasos para su correcta instalación con los ojos cerrados. Hoy queremos hacer hincapié en las medidas básicas de seguridad de una caldera que deben acompañar a esta operación, más cuando se acerca la llegada del invierno y la demanda para reparar las calderas experimentará un gran aumento.
El Equipo de Protección Individual (EPI) es siempre imprescindible para todo tipo de trabajo que el técnico vaya a realizar, por lo tanto, también lo es para la instalación del quemador de gas en la caldera. Da igual las veces que hayamos realizado esta reparación, ni la urgencia del cliente. Los guantes anticorte, las gafas de protección y una máscara de protección respiratoria deben acompañarnos en cada salida. Una escalera en buen estado también debe estar siempre presente entre nuestras herramientas de trabajo habituales.
La zona debe estar también adecuada para nuestro trabajo. Ordenaremos las herramientas que vayamos colocando en el suelo y recogeremos poco a poco todos los elementos que vayamos retirando. Si fuera necesario, se acordonará la zona y, por supuesto, no se permitirá fumar en el entorno más próximo.
En el caso de una caldera mural, aunque sea poco habitual cambiar su quemador, cerraremos la llave de gas del aparato. Nos preocuparemos de comprobar que no haya ningún tipo de fuga. Para eso, soltaremos la rosca del quemador que conecta con la válvula de gas y aflojaremos los tornillos que sujetan el quemador al chasis.
Y en general, si fuera necesario cerrar la salida de gas, agua y luz no hay que dudarlo. Deberemos tener localizadas las ventanas y las salidas de humos para ventilar el área en caso de escapes.
El sentido común dicta muchas de estas medidas, pero también la normativa de prevención de riesgos laborales. Así que el respeto de cada uno de estos consejos es también una obligación legal. De nuevo, las prisas no son una excusa para no respetarlas, ponerlas en práctica o tenerlas en cuenta.
Una buena manera de tomar conciencia con la seguridad es repasar los riesgos a los que estamos expuestos durante la instalación de quemadores en calderas como son provocarnos heridas, rozaduras, cortes de chapa, quemaduras, caídas y torceduras.
Los accidentes de tráfico son otro de los riesgos que siempre amenazan nuestro trabajo. Tenemos que ser conscientes de que el servicio comienza desde el momento en el que salimos a realizar el encargo y que el respeto de las medidas de seguridad vial son también parte de la calidad de nuestro servicio. Las prisas, aquí, pueden jugarnos una mala pasada y generar accidentes, al margen del tipo de trabajo que después realicemos en la caldera de nuestro cliente.
La limpieza del vehículo, el orden en su interior, así como una correcta circulación nos ayudará también a cuidar la seguridad durante nuestro trabajo.
Por lo general, todos somos conscientes de estos riegos y llevamos interiorizadas las medidas de seguridad más básicas, pero nos despistamos siempre por los mismos enemigos: las prisas, las urgencias y los imprevistos de última hora.
Por eso, es muy interesante generar la cultura de la prevención dentro de las empresas. Basta una reunión breve para recordar las normas básicas de prevención, así como el intercambio de experiencias entre los compañeros y el resto de la plantilla. Puede ser cada quince días, cada mes o cada trimestre, pero es importante abordarlo de manera periódica. Así no bajaremos la guardia nunca, aunque la experiencia, los años y el conocimiento profundo de las calderas nos inviten a relajarnos.
Cuanto mejor conozcamos las calderas con las que trabajamos, menos riesgos correremos de sufrir un accidente al instalar un quemador. De todos modos, el riesgo cero nunca existe y menos al estar expuestos al gas. Toda medida de seguridad por simple que sea es buena cuidarla. Al final, manipulamos muchos elementos, de diferentes materiales, a diferentes temperaturas y en contextos muy diferentes, siempre lejos de nuestro control (viviendas, oficinas…). Generemos una cultura de la prevención, compartamos experiencias entre nuestros compañeros y apostemos siempre por utilizar materiales de primera calidad.