Seleccionar el quemador más apropiado para la caldera es fundamental, puesto que elegir correctamente nos permitirá ahorrar costes, optimizar recursos y alargar la durabilidad de toda la instalación. Por el contrario, un quemador y caldera mal optimizados acarrearán numerosos problemas como son averías innecesarias, un exceso en el consumo de combustibles o una capacidad energética insuficiente, incapaz de responder a las necesidades del edificio o instalación donde esté ubicado.
Es por eso que la elección del quemador es un aspecto clave y, para no incurrir en errores de cálculo, es importante tener algunas cosas en cuenta.
Si elegimos primeras marcas de fabricantes de quemadores, aseguraremos la calidad de los componentes, así como un servicio postventa profesional, duradero y de confianza para recambios y mantenimiento. Los fabricantes de primer orden ofrecen garantías de 1, 2 e incluso hasta 5 años en sus productos, mientras que las marcas secundarias dan plazos mucho más cortos o ni siquiera cuentan con garantías.
La durabilidad es otro aspecto fundamental a la hora de elegir la marca de quemador. Los fabricantes que no son de primer nivel utilizan materiales de menor calidad que tienen una vida útil muy inferior, llegando incluso a un 50% menos de durabilidad. Aunque en un primer momento puedan parecer más económicos, estos equipos supondrán un alto coste, ya que tienen una vida más corta y provocan más gastos en mantenimiento y recambios.
Es importante realizar un cálculo lo más exacto posible sobre las necesidades de la caldera y quemador, de cara a optimizarlos. El fabricante de la caldera indicará las potencias del quemador que deben utilizarse y el técnico será el encargado de escoger el quemador más adecuado en función de esa información y de las necesidades específicas de la instalación.
Cuando una instalación está sobredimensionada, las consecuencias serán un aumento de gastos debido a un consumo excesivo de combustible, un incremento de las emisiones y un mayor número de averías en la instalación. Por el contrario, si se utiliza una potencia inferior a la adecuada, las máquinas tendrán menos capacidad y ni el quemador ni la caldera podrán cubrir las necesidades energéticas demandadas. Eso significa que el equipo no será capaz de generar el agua caliente, vapor o energía que se requiere de él.
Existen muchos modelos diferentes de quemadores, aunque pueden agruparse en tres grandes tipos en función del combustible que utilizan: quemadores de gasoil, de gas y mixtos.
La elección de uno u otro dependerá del proyecto al que estén dirigidos y afectará a los costes en consumo de combustible. En el caso de los quemadores mixtos, están destinados únicamente a entornos industriales y pueden utilizar gasoil o gas en función de los precios de mercado de cada combustible.
Como hemos destacado, realizar el cálculo correcto para seleccionar el quemador más adecuado es esencial para asegurar el buen funcionamiento del equipo. Por ello es importante dimensionar correctamente la caldera y el quemador en función de las necesidades de la instalación.
El fabricante de la caldera deberá indicar siempre los datos técnicos del quemador a utilizar, marcando el mínimo y máximo de potencia. Por otro lado, el técnico del proyecto es el encargado de saber las necesidades de la instalación y la demanda de energía necesaria para, en base a ello, seleccionar las máquinas adecuadas. Con el fin de optimizar correctamente todo el equipo, por tanto, es fundamental contar con un especialista experimentado capaz de realizar un cálculo lo más exacto posible, que permita ahorrar costes y alargar la durabilidad de la caldera y el quemador.