Las instalaciones de quemadores y calderas industriales son equipos que realizan una labor imprescindible en los edificios y empresas donde están ubicados. Una avería que derive en la parada de la caldera generará grandes inconvenientes, así como pérdidas económicas que pueden llegar a ser muy elevadas. Por ello, es recomendable contar con una póliza de seguros o un seguro de mantenimiento de caldera industrial. Esta es la mejor manera de estar protegidos frente a imprevistos y garantizar el correcto funcionamiento de toda la instalación.
Una buena cobertura en el mantenimiento de la caldera industrial hará que cualquier fallo se pueda detectar a tiempo y pueda ser resuelto antes de que suponga un problema importante. Estas labores incluyen la regulación de la mezcla de aire y combustible en el quemador, el análisis de gases y el cumplimiento de todos los estándares energéticos establecidos por la normativa europea. También deben realizarse controles en los humos de combustión, limpieza de filtros, electrodos y boquillas de pulverización, así como de todos los elementos de seguridad. De forma anual, se incluyen también revisiones más completas que incluyen la comprobación de todo el sistema.
Si estas labores no se realizan de forma correcta y con la periodicidad adecuada, las consecuencias pueden ser averías, un mayor gasto en combustible e incluso situaciones de riesgo derivadas de fugas o acumulación de humos en la sala de calderas. Por todo ello, es muy importante tener cubierto de forma adecuada el servicio de mantenimiento de la instalación industrial.
Estos servicios variarán según el tipo de caldera y las condiciones contratadas.
Habitualmente, existen dos tipos de coberturas, básicas y adicionales, y su elección variará en función de las necesidades de cada empresa. Las coberturas básicas dirigidas a calderas industriales incluyen la rotura de cualquiera de las partes de la caldera, así como los daños o pérdidas materiales que ocasionen y que hagan necesaria la reparación o el reemplazo.
Normalmente, también se incluyen la deformación o agrietamiento de los materiales, así como los daños ocasionados por una explosión del combustible, siempre que no sea debido a un mal uso por parte de los propietarios o responsables de la instalación.
Por otro lado, los seguros cuentan con coberturas adicionales que recogen gastos extraordinarios relacionados con el transporte de los equipos asegurados que resulten dañados, así como la responsabilidad por daños a la propiedad de terceros. En todas estas situaciones, la cobertura solo será válida cuando las averías y desperfectos no sean consecuencia del mal uso de las instalaciones, y siempre que las obligaciones de mantenimiento estén vigentes de acuerdo a la normativa.