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Por qué son necesarias las inspecciones de instalaciones de gas y la revisión de los aparatos

Escrito por Distribuciones Suner | 26/02/20 10:00

Realizar de manera periódica revisiones e inspecciones de las instalaciones de gas es algo indispensable para mantener el buen funcionamiento de las calderas. Estas labores se deben llevar a cabo no solo porque sean obligatorias según la normativa actual, también porque es la forma de evitar problemas de seguridad que pueden llegar a ser muy serios. Además, llevar al día la revisión de las instalaciones de gas reducirá el riesgo de fallos y costosas reparaciones, mejorará la eficiencia energética y alargará la vida útil del equipo.

Permiten detectar fallos de manera temprana

Las revisiones periódicas de la caldera de gas minimizarán las probabilidades de que se produzcan  averías en la instalación. El hecho de que la caldera falle genera muchas incomodidades, sobre todo en épocas de frío, puesto que dejará el hogar sin agua caliente ni calefacción, así que es importante evitar que eso ocurra.

Las averías más habituales derivadas de no realizar las revisiones de la caldera son un funcionamiento incorrecto de la campana conmutada con la caldera, llaves de gas taponadas o mala evacuación de los productos de combustión. También se puede dar un fallo en la bomba, fácilmente detectable por los ruidos de rozamiento que se producen dentro de la caldera, o una avería en la sonda de temperatura. Este dispositivo se encarga de detectar si el agua está a la temperatura correcta, así que, si falla, la caldera dejará de calentar.

Otra de las razones por las cuales el agua no alcanza la temperatura correcta puede ser una bajada de presión en la caldera. Es algo que el usuario puede solucionar fácilmente mediante la regulación del manómetro, pero si la presión sigue bajando, la causa puede ser una fuga y es el técnico quien deberá revisar la instalación. Por otro lado, si hay una obstrucción en la salida de humos, la caldera dejará de funcionar para evitar la acumulación de gases tóxicos dentro del hogar.

Las revisiones e inspecciones consisten en supervisar el correcto funcionamiento de los diferentes elementos de la caldera, de forma que se pueden prevenir o detectar este tipo de fallos antes de que se conviertan en un problema.

Garantizan la seguridad en el hogar

Una de las consecuencias más graves que puede acarrear una caldera sin mantenimiento es una fuga de gas. Si se detecta olor a gas o desperfectos en los conductos conectados a la caldera y a los radiadores, lo más importante es cerrar la llave de paso, ventilar el espacio abriendo ventanas y puertas y llamar cuanto antes al servicio técnico.

Una instalación en mal estado también puede ocasionar una mala combustión del gas. Si esto ocurre, se producirá monóxido de carbono, que resulta tóxico en espacios cerrados. Esta situación se puede detectar si la llama de la caldera es amarilla en lugar de azul o si los indicadores de la caldera dejan de funcionar. Una mala evacuación de los productos de combustión o una ventilación inadecuada pueden provocar serios riesgos para los usuarios.

La mejor manera de evitar estas situaciones es llevar a cabo un correcto mantenimiento de toda la instalación y contar siempre con profesionales técnicos autorizados.

Evitan los problemas de no seguir la normativa

Lo primero que debemos destacar es la diferencia entre las revisiones y las inspecciones de las calderas de gas. En el caso de las revisiones, según la normativa vigente son obligatorias cada 2 años para aparatos de hasta 70kW, a excepción del País Vasco, donde se deben realizar una vez al año. Si se trata de calderas con una potencia superior a 70kW, estas labores se tendrán que hacer siempre anualmente. Las revisiones son responsabilidad del usuario, quien debe ser el encargado de llamar al servicio técnico autorizado.

Por otro lado, las inspecciones han de realizarse de manera obligatoria cada 5 años, 4 años en el caso del País Vasco. Es responsabilidad de la compañía distribuidora avisar al usuario cuando sea el momento de realizar la inspección, y estas labores consisten en una comprobación completa de la instalación, incluyendo el contador, las tuberías, llaves y gomas y la conservación del equipo.

Mejoran la eficiencia del equipo

Llevar al día las revisiones de la caldera es también una manera de ahorrar en la factura del gas y también en los gastos derivados de un mayor desgaste del equipo. El correcto funcionamiento de la instalación de gas no solo sirve para evitar fallos y garantizar la seguridad, también permitirá ajustar correctamente la caldera para obtener un ahorro de combustible. Para conseguirlo, es importante verificar el buen estado de las tomas de agua, gas y red eléctrica, ajustar de manera correcta la presión de agua en la caldera, comprobar el estado del termostato y las válvulas, así como regular la temperatura de manera óptima.

Todas estas actuaciones, que el técnico sabrá realizar de forma correcta en las revisiones e inspecciones reglamentarias, harán que la caldera y la instalación tengan una vida útil más larga, asegurando así el confort en el hogar y evitando disgustos e inconvenientes inesperados.