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¿Qué deberías tener en cuenta a la hora de instalar o reparar una caldera?

Escrito por Distribuciones Suner | 5/02/20 10:00

Llevar a cabo la instalación del modelo de caldera adecuado y realizar un buen mantenimiento son claves para asegurar la eficiencia energética, la durabilidad y el ahorro a lo largo de toda la vida útil del equipo. La normativa relacionada con las calderas domésticas establece cuáles son los modelos y tipos de salida de humos que deben utilizarse en cada situación. A día de hoy, la reducción de emisiones contaminantes, la optimización de los recursos energéticos y la seguridad son elementos esenciales a la hora de instalar una caldera. Por ello, es importante tener varias cuestiones en cuenta.

 

Las claves de la normativa para la instalación de calderas domésticas

Las normas a seguir relacionadas con la instalación de calderas en una vivienda están recogidas en el Real Decreto de Instalaciones Térmicas en Edificios, la normativa RITE. Esta ley establece las exigencias técnicas que deben cumplirse, relacionadas sobre todo con la seguridad, la eficiencia energética y las condiciones de bienestar térmico e higiene.  Además, recoge también las directrices europeas relativas al uso eficiente de los recursos energéticos.

Tal y como establece la normativa actual, en todas las obras nuevas deberán instalarse calderas de condensación, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2. En caso de sustitución de caldera en instalaciones existentes, el uso de calderas de condensación o estancas dependerá del tipo de vivienda y las salidas de humos.

Las calderas estancas solo pueden instalarse en viviendas independientes, no adosadas, o en edificios de vecinos que cuenten con una salida de humos en la cubierta. Por el contrario, las calderas de condensación se pueden ubicar en bloques de viviendas que tengan salida de humos al patio interior o a la fachada. Finalmente, según la normativa, las calderas atmosféricas quedan limitadas solo a salas de calderas que tengan una salida de aire independiente.

El objetivo de la norma es que vayan desapareciendo las calderas de gas estancas y se sustituyan por calderas de condensación, que son más limpias y energéticamente más eficientes.

Características técnicas de cada caldera doméstica

En las instalaciones domésticas, se utilizan principalmente dos tipos de calderas de gas: las estancas y las de condensación. Las calderas estancas cuentan con una cámara de combustión cerrada, donde se introduce el aire del exterior para generar la combustión de gas y posteriormente se expulsa el humo a la atmósfera mediante tubos metálicos.

Las calderas de condensación se caracterizan por reutilizar la energía generada, puesto que recuperan la energía procedente del vapor de agua. Eso permite ahorrar en el consumo de gas y aumentar el rendimiento de la caldera, lo que supone un ahorro de hasta un 15% en el uso de energía. En estas calderas, la temperatura de salida de humos de combustión es menor y por ello pueden utilizarse tubos de salida de polipropileno, más resistente a la corrosión provocada por los residuos del agua de condensación. Por otro lado, la instalación de estas calderas requiere de una toma de desagüe cercana para la evacuación de agua.

Aspectos a tener en cuenta en la instalación de salidas de humos

Las salidas de humo en las calderas de gas domésticas pueden ser coaxiales o de doble flujo. Estas son sus principales diferencias:

Instalaciones coaxiales: los tubos de entrada y salida están integrados uno dentro del otro. El tubo de mayor diámetro, habitualmente 10 cm, coge el aire limpio del exterior y contiene el tubo de menor diámetro, 6 cm, encargado de expulsar los humos de combustión fuera de la vivienda. Las salidas de humos coaxiales pueden tener una longitud máxima de 6 metros.

Instalaciones de doble flujo: consisten en dos tubos independientes, uno para la entrada de aire limpio y otro para la salida de los gases de combustión. Los tubos suelen tener 8 cm de diámetro y la principal ventaja de estas instalaciones es que amplia hasta los 20 metros la distancia máxima de la instalación.

Existe otra diferenciación relacionada con el tipo de salida, que puede ser vertical u horizontal. En el caso de las instalaciones horizontales en las calderas por condensación, los tubos deberán tener cierta inclinación hacia la caldera para que el agua de condensación vaya hasta la tubería de desagüe.

De esta forma, la instalación de la caldera de gas más adecuada dependerá de las características de la vivienda o edificio, las exigencias técnicas del equipo y los requisitos de la normativa vigente. La elección deberá estar siempre enfocada a maximizar la eficiencia energética y a garantizar las condiciones óptimas de seguridad y bienestar de los clientes.