El acumulador de agua para calderas es uno de los mejores inventos que se hayan hecho. Colocar un recipiente que acumule el agua caliente para que esté siempre a punto cuando se necesite, favorece un gran confort hogareño, además de que ayuda a economizar combustible, reduce las emisiones contaminantes, protege tu bolsillo y alarga la vida útil de tu caldera. En este artículo hablaremos todos los detalles sobre el acumulador de agua para caldera de gasoil: qué es, cómo funciona, qué tipos hay, sus ventajas, y algunos consejos sobre cómo instalarlo correctamente.
A qué llamamos acumulador de agua caliente para calderas
Un acumulador de agua caliente es un componente casi esencial del sistema de calefacción. Y decimos “casi” porque no toda caldera incluye un acumulador, a pesar de que la acumulación de agua caliente es uno de los métodos más eficientes del mercado de la calefacción. Su objetivo básico, como su nombre indica, es lograr acumular agua caliente durante horas, para luego poder mantener la temperatura de confort en el hogar o en el local.
Desde el punto de vista de su autonomía, podemos decir que hay dos tipos de acumulador: uno es el depósito que se añade a la caldera, y otro es el depósito con resistencia propia que calienta el agua sin necesidad de estar conectado a una caldera. El primero se llama acumulador de agua caliente y el segundo se llama termoacumulador:
- Acumulador de agua caliente: Tanque de agua conectado a una caldera, con el objetivo de que almacene agua caliente hasta que haya demanda. Su fuente de calor es la caldera de calefacción. Se considera un recurso más ahorrador de energía.
- Termoacumulador. Tanque de agua autónomo. No requiere estar conectado a una caldera, ya que por sí mismo calienta el agua y la distribuye a través del sistema sanitario del hogar. Incorpora una resistencia aislada del agua. Se considera que gasta más energía y dinero que el acumulador de caldera. No obstante, como no requiere el encendido de una caldera de calefacción, es una alternativa muy recomendable durante el verano o en otros momentos en que la demanda de agua caliente sanitaria no es tanta.
Como decíamos arriba, un sistema de calefacción no tiene por qué incluir un acumulador. Los hay que calientan el agua de forma instantánea. Pero el acumulador garantiza un suministro de agua caliente sin interrupciones y sin grandes inversiones. Esas son sus más grandes ventajas con respecto al termoacumulador o a la calefacción sin acumulador.
Cómo funciona un acumulador de agua caliente para caldera
El agua caliente sanitaria (ACS) se ha vuelto un requisito indispensable para el confort hogareño, y los acumuladores de agua caliente son muy frecuentes en los hogares, porque ayudan a minimizar la factura de luz. Ahora hablaremos sobre cómo funciona ese aparato que está presente en tantos hogares.
Ya hemos dicho que el acumulador es un depósito de agua (conectado a la caldera). A esto hay que añadir que dicho depósito está diseñado con un material aislante térmico que ayuda a conservar el máximo de calor en el tiempo. El agua se calienta mediante un serpentín cuya energía procede de la caldera. El agua caliente acumulada está siempre disponible, en el justo momento en que se requiera por vía sanitaria o de calefacción.
El funcionamiento de un acumulador de agua es muy sencillo pero exacto. Está basado en la sucesión de ciclos de carga y descarga. La carga de agua caliente por lo general ocurre durante la noche, mientras que los ciclos de descarga ocurren durante el día, cuando la demanda de agua caliente es mucho mayor.
Una de las formas más efectivas de ahorrar
Como sabemos, instalar un termostato es la forma más tradicional de hacer más eficiente la caldera. Pero además del termostato, instalarle un acumulador a una caldera es también un medio efectivo de ahorrar: ahorrar combustible, dinero... y contaminación ambiental. Si la caldera no tiene acumulador, tendrá que estar en marcha casi todo el tiempo, con lo cual provocará un enorme consumo de energía, grandes cuentas de electricidad, y una gran polución ambiental.
En cambio, el agua caliente acumulada evita el encendido constante de la caldera, por lo que ahorra combustible y protege el equipo contra el exceso de trabajo. Para que esto sea más efectivo, hay que tener en cuenta el tipo y la calidad de aislamiento térmico que posee el acumulador.
Un aislamiento deficiente o insuficiente provocará que el calor se escape al ambiente, y ello obliga al calentador a emplear más energía para recuperar la temperatura. Un adecuado aislamiento térmico será algo que tu economía agradecerá.
Tipos de acumulador para caldera
Hay varios tipos de acumulador, y se pueden clasificar desde varios puntos de vista. Uno de ellos es el que ya vimos, que depende del nivel de autonomía del acumulador. Otro punto de vista, muy relacionado con el anterior, es el tipo de fuente de energía que se utilice para calentar el agua.
Tanto el calentador de caldera como el calentador autónomo o termoacumulador pueden recibir la energía calorífica de distintas fuentes: una resistencia de corriente, gas, gasoil, bomba de calor, biomasa, o incluso energía solar. Algunas de estas fuentes de energía son más ecológicas y renovables que las otras. El acumulador de caldera recibe la energía calorífica a través de un circuito que conduce un líquido termoportador (agua), pero en el calentador autónomo el agua se calienta directamente.
Desde el punto de vista de dónde se ubiquen la fuente de energía y el intercambiador de calor del acumulador, los acumuladores se clasifican en:
- Acumuladores directos (con fuente de energía interna: resistencia eléctrica, quemador de gas, etc.) No se recomiendan para uso constante y prolongado, porque no resultan económicos. Pero tienen la ventaja de contar con un proceso de instalación sencillo y ser capaces de satisfacer grandes demandas simultáneas.
- Acumuladores indirectos (con fuente de energía externa: la caldera). Además de la energía que aporta la caldera, este tipo de acumuladores requieren de un intercambiador de calor extra. El tanque de agua tiene que estar conectado al intercambiador, y su capacidad promoverá un funcionamiento más dinámico. Este equipo sí es capaz de satisfacer tanto las demandas puntuales como los consumos más prolongados. Mientras acumula agua caliente, se sigue calentando más agua.
Puede haber algunas diferencias entre los acumuladores de agua según el tipo o la marca de la caldera. Por ejemplo, el acumulador de agua para caldera de gasoil Ferroli no es idéntico al acumulador de agua para caldera de gasoil Roca. Pero las principales características de un acumulador de agua caliente para calderas se mantienen de una marca a la otra. La capacidad de almacenamiento del tanque y su nivel de aislamiento también pueden variar según el fabricante. Los hay de 15 L y los hay 1000 L, con todas las gamas de volumen intermedio.
Con frecuencia los acumuladores vienen fabricados en acero (inoxidable), e incluyen material termovitrificado y esmaltado, que maximiza la calidad del agua y protege el equipo contra la corrosión o las condiciones del clima. El aislamiento puede ser de espuma rígida de poliuretano, lo que ayuda a reducir la disipación de la energía térmica y hacer más eficiente el proceso de calentar el agua y servirla al hogar.
Los acumuladores pueden tener diseño horizontal o vertical. Son muy conocidos y frecuentes los modelos verticales, pero no hay que descartar los modelos horizontales. Están especialmente diseñados para ubicarlos justamente bajo la caldera, y eso aporta un diseño de conjunto elegante y compacto.
Diferencias entre acumulador, interacumulador y acumulador de inercia
Del acumulador hemos estado hablando hasta ahora. Sólo recalquemos su misión de recibir el agua desde la caldera, acumularla durante todas las horas posibles, para luego ser capaz de mantener la temperatura de consigna.
Ahora bien, la diferencia básica entre un acumulador y un interacumulador de agua, es que este último incorpora un serpentín en su interior, si bien siempre necesita también estar conectado a una fuente de calor externa (caldera de sólo calefacción, paneles solares, o incluso estufa de leña). Gracias a este serpentín integrado y a un termostato interno, el interacumulador es capaz de controlar y monitorear la temperatura del agua sanitaria que está almacenada en su interior, y permanece listo para dar la orden de activación a la fuente de energía externa cuando se requiera.
Otra variante de acumulador es el llamado acumulador de inercia. Este tipo de acumulador se utiliza principalmente en calderas de pellets o biomasa. Como estas calderas no producen agua caliente sanitaria directamente, necesitan un acumulador. Y como se apagan y el combustible puede seguir quemando, el mejor acumulador que pueden usar es el de inercia.
El acumulador de inercia permite gestionar la demanda de agua caliente de manera muy eficiente. Sólo habrá que encender la caldera una vez cada 2 ó 3 días, y eso será suficiente para que dé el servicio y cargue el acumulador de inercia con agua caliente.
Ventajas de instalar un acumulador a la caldera
- El agua caliente se acumula, y gracias a eso no se necesita encender la caldera cada vez.
- El agua calentada se mantiene a temperatura constante, sin las alzas y caídas típicas de cuando no hay un acumulador.
- El acumulador permite utilizar agua caliente en 2 puntos del hogar al mismo tiempo, sin que en uno de los puntos la temperatura baje de repente. Esto es así gracias a que el agua ya está caliente y previamente acumulada.
- Resulta más económico y menos contaminante calentar agua a partir de la energía de la misma caldera de calefacción que mediante resistencia eléctrica de termo.
- El acumulador es más fácil de adaptar a sistemas de calefacción de energía solar, ya que el agua se puede calentar por el día (o cuando haya sol) y almacenarse para usar luego.
Consejos de instalación de un acumulador de agua para calderas
Instalar un acumulador de agua caliente es un procedimiento complejo y detallado. Lo que significa que lo más seguro es contratar al personal cualificado para que lo haga. Las conexiones hidráulicas y eléctricas varían de una marca a la otra, y un técnico o profesional las realizarán mejor. Estos consejos que damos son muy generales.
» Emplaza el acumulador en un lugar adecuado
Los acumuladores suelen ser de muy buen material (eso también depende de la marca), pero no son irrompibles. Por lo tanto, para instalar tu acumulador elige un lugar bastante seco, lejos de la intemperie, de los vientos, de la lluvia y de la nieve. Si tu equipo es ruidoso, convendrá ubicarlo un poco lejos de las zonas más habitadas del hogar, o en una habitación que se pueda cerrar y que esté bastante aislado en sentido sonoro.
» Ubícalo lo suficientemente lejos... pero no tanto
Hay que seleccionar el sitio de emplazamiento según la distancia de la caldera y cerca de las zonas donde se usará el agua caliente en el hogar o el local. De esta manera se reducen las pérdidas de temperatura por recorrido a través de las tuberías y se reducen al mínimo las pérdidas de carga. El acumulador se puede colocar directamente en el suelo, o en posición mural usando los detalles de diseño incluidos para ello. Si se pone directo en el suelo, será mejor que sea sobre una base especial.
» Usa herramientas adecuadas para manipularlo
Usa siempre herramientas adecuadas para la instalación del acumulador de agua caliente, y en general para cualquier tipo de trabajo de instalación o mantenimiento de calderas. Esto evitará riesgos innecesarios, como romper la pieza durante la instalación, hacer daño a la caldera por usar herramientas imperfectas o imprecisas, o promover averías futuras debido a que la pieza haya quedado mal instalada.
Auxíliate del kit de conexiones del fabricante
Con el objetivo de hacer más simple el proceso de instalación del acumulador a la caldera, los fabricantes suelen incluir en la compra algún kit especial de conexión. El kit (en dependencia del equipo que sea) puede incluir tuberías flexibles y conectores del diámetro indicado, juntas, entrerroscas, derivadores, y a veces teflón. Usa el kit, porque siempre será el más exacto.
» Es obligatorio incluir protección contra Legionella
La Legionella es una bacteria que se aloja en depósitos de agua natural o artificial, incluidos los tanques y acumuladores de agua caliente de sistemas de ACS. Hay que poner especial cuidado en implementar métodos anti Legionela, en especial si se trata de acumuladores de calefacción en edificios. Es algo que desde hace tiempo está estipulado por la ley. El técnico que instale el acumulador debe incluir un sistema de desinfección antilegionella, y los acumuladores deben instalarse de manera que siempre permanezcan accesibles para limpiarlos por dentro y por fuera. (Ver más detalles en el manual del IDAE.)
» Otras medidas de seguridad: válvula de sobrepresión y llave para vaciado
Algo que además hay que incorporar al instalar un acumulador de agua caliente, es una válvula de sobrepresión que desemboque en el desagüe, y una llave habilitada para garantizar el vaciado siempre que se necesite. Son componentes tanto de seguridad como de higiene. En cualquier caso van a facilitar los procesos de mantenimiento de la caldera y del sistema de calefacción.
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