Como todos los equipos industriales, las calderas y quemadores requieren de mantenimiento e inspecciones periódicas para garantizar un funcionamiento correcto, seguro y eficiente. Si bien son máquinas que no presentan problemas a menudo, cuando lo hacen las consecuencias pueden ser graves, ya que comprometen la continuidad de la producción en muchas industrias. Una caldera fuera de servicio tiene un alto coste que incluye no solo la reparación, también los gastos que supone parar de producir.
Revisiones periódicas en función del tipo de caldera
Algunas empresas solo llaman al servicio técnico de mantenimiento en calderas industriales cuando la avería es importante, es decir, cuando el quemador o caldera ha fallado. Esta práctica supone un alto riesgo puesto que a los costes en reparación se suman los gastos derivados de detener la producción o el funcionamiento de la caldera.
No existe un tiempo preestablecido para realizar las revisiones periódicas de las calderas industriales, ya que eso dependerá del estrés al que esté sometida la máquina. Por ejemplo, una caldera y quemador que funcionen 8 horas al día de lunes a viernes al 70% de su potencia no necesitará tanto mantenimiento frente a otra que esté en funcionamiento las 24 horas y los 7 días de la semana. Por ello, es el técnico de mantenimiento quien debe valorar cada cuanto se deben realizar las revisiones, si es de forma diaria, semanal, mensual o anual.
Si se realiza un buen mantenimiento periódico de la caldera y quemador industriales, así como de todos los componentes de la instalación, y se consigue una correcta combustión y regulación, no solo ahorraremos en el mantenimiento de los materiales y evitaremos paradas inesperadas, además reduciremos el gasto en combustible.
Un buen técnico de mantenimiento
Es esencial que el personal encargado del mantenimiento tenga la formación adecuada para realizar las revisiones de manera correcta. Contar con un profesional experimentado siempre supondrá un ahorro de costes, tanto en horas de trabajo como en combustible, ya que garantizará un buen conocimiento de la instalación y regulará la máquina de manera adecuada siguiendo las indicaciones de los fabricantes.
Un mantenimiento correcto realizado por un buen profesional puede ahorrar hasta un 30% en combustible gracias a la buena regulación del quemador y la caldera.
Uso de materiales originales
En el mantenimiento de calderas y quemadores industriales se recomienda siempre utilizar material original. A la hora de adquirirlo, puede resultar algo mas caro, pero su vida útil es siempre mucho mayor, así que a largo plazo supondrá sin duda un ahorro. Debemos tener en cuenta que no es lo mismo un recambio industrial original preparado para aguantar 10.000 ciclos de trabajo (unos 10 años, dependiendo del uso de la máquina) que un recambio “compatible” que ni siquiera indica los ciclos de trabajo que es capaz de resistir.
Los recambios no originales o elaborados por terceros son los denominados PIA, y pueden acarrear muchas complicaciones a lo largo de la vida útil de una caldera industrial. Su precio es más económico pero están fabricados con materiales de inferior calidad, tienen una duración más corta y son más susceptibles frente a las inclemencias ambientales. Además, su calidad no está regulada por los fabricantes de calderas. Por ello, una clave importante para reducir costes a largo plazo en el mantenimiento de estos equipos industriales es utilizar únicamente materiales originales avalados por las marcas fabricantes de calderas.
Un balance correcto entre coste y beneficio
El coste que supone el mantenimiento y revisión de estos equipamientos industriales dependerá de diversos factores como el tipo de caldera y quemador, el tamaño y su ubicación, puesto que eso influirá en los costes de desplazamiento del técnico de mantenimiento. En todo caso, es importante tener en cuenta que una industria parada, un hospital sin calefacción o una comunidad de vecinos sin agua caliente son situaciones indeseadas que generan importantes gastos. Eso resultará siempre mucho más caro que realizar un buen mantenimiento de la sala de máquinas, garantizando así un funcionamiento sin paradas inesperadas, reparaciones costosas y demoras en la producción.