Los inconvenientes de los radiadores de baja temperatura no son tantos, aunque también existen. Los radiadores de baja temperatura, al estar asociados con la calefacción por aerotermia, tienen más bien muchas ventajas desde variados puntos de vista. Sin embargo, toda tecnología tiene puntos a favor y en contra, y lo mejor es conocer ambos extremos en el momento de decidir si apostamos por una tecnología o por otra. En este artículo te estaremos hablando tanto de los inconvenientes de los radiadores de baja temperatura como de sus ventajas.
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Qué son los radiadores de baja temperatura
Los radiadores de baja temperatura son radiadores de creación reciente, y son bastante distintos de los radiadores tradicionales en cuanto a diseño, materiales y formas de funcionar. Los radiadores de baja temperatura también se denominan radiadores de baja energía o radiadores de calor suave, ya que consumen muy poco o requieren poco calor para generar calefacción. De hecho sólo calientan hasta una temperatura máxima de 50 °C. Por lo general se fabrican a partir de materiales como el cobre o el acero, aunque el aluminio suele ser de los preferidos. Su diseño suele ser muy sobrio y elegante, por lo que se incorporan muy bien a la decoración de las habitaciones modernas.
Los niveles de eficiencia de estos radiadores suelen ser notables. En algunos casos pueden llegar a generar un nivel de calor homólogo al de un radiador normal, pero con un consumo de agua que va desde la mitad hasta apenas el 10 %. La inercia térmica de los radiadores de baja temperatura suele ser mínima si la comparamos con la inercia térmica de los radiadores tradicionales. Esto significa que su material reacciona casi inmediatamente a la acción del agua caliente recibida desde la bomba de calor, y muy en breve genera calefacción. La paradoja de esto es que, debido a la poca inercia térmica, el radiador de baja temperatura deja de emitir calor apenas deja de recibir agua caliente.
Los radiadores de baja temperatura están inextricablemente asociados a las bombas de calor y a la calefacción por aerotermia. De hecho, los radiadores tradicionales no suelen funcionar bien con las bombas de calor, debido a que requieren altas temperaturas que la aerotermia doméstica todavía no es capaz de generar. Siempre que se va a instalar calefacción por bomba de calor o por aerotermia, se recomienda encarecidamente usar radiadores de baja temperatura o calefacción por suelo radiante. Son las dos vías ideales para distribuir el calor generado por la bomba de calor. De lo contrario, si se combina la aerotermia con los radiadores tradicionales, la eficiencia energética deja de ser notable.
Ventajas de los radiadores de baja temperatura
1) Más eficientes energéticamente
La eficiencia de los radiadores de baja temperatura está asociada em primer lugar a ellos mismos, y se debe al diseño y a los materiales con que están fabricados. Pero además, la eficiencia de estos radiadores está asociada al sistema de calefacción del que forman parte, es decir, una bomba de calor (que con frecuencia es de aerotermia). Un sistema de calefacción conformado por una bomba de calor aerotérmica y radiadores de baja temperatura, puede reducir el consumo energético a un cuarto del consumo habitual por concepto de calefacción.
2) Menos consumo de agua
Es un hecho sabido que los radiadores de baja temperatura requieren mucha menos agua que los tradicionales, para emitir una calefacción equivalente. En algunos casos los radiadores de baja temperatura trabajan con una ínfima cantidad de agua: hasta el 10 % del agua caliente que requeriría un radiador tradicional para producir la misma cantidad de calor.
3) Calefacción a temperatura adecuada
A diferencia de lo que algunas personas creen, que estos radiadores sean de “baja temperatura” no significa que emitan poco calor. Lo que esto significa es que, gracias a sus materiales y a su diseño, no necesitan que el agua esté demasiado caliente para generar calefacción. Mientras que los radiadores tradicionales necesitan que el agua esté entre 70 y 90 °C para generar calefacción, los radiadores de baja temperatura son capaces de emitir la misma calefacción a partir de un agua que esté entre los 35 y los 40, o los 50 °C como máximo.
4) Menor masa de materiales
Los radiadores de baja temperatura suelen fabricarse en cobre, aluminio o acero, y pueden contener hasta menos de la mitad de la cantidad de materiales que se utilizan para fabricar un radiador tradicional. Esto implica una notable reducción en el consumo de materias primas, sin necesidad de renunciar al confort térmico dentro de la casa.
5) Menos pesados
El punto anterior conduce directamente hasta este. Los radiadores de baja temperatura pesan muchísimo menos (en algunos casos hasta el 90 % menos) que los radiadores tradicionales. Esto los convierte en los radiadores ideales si se trata de reducir el peso de una instalación, por el motivo que sea.
6) Ocupan menos espacio
Gracias a que los radiadores de baja temperatura requieren albergar mucha menos agua para generar la calefacción, su tamaño puede ser mucho menor. Especialmente en algunos modelos (por ejemplo, los de acero), los radiadores de baja temperatura son muy compactos, sin que por ello pierdan rendimiento.
7) Lucen más elegantes
El diseño de los radiadores tradicionales no suele ser feo, e incluso tiene un toque vintage que hoy en día algunas personas aprecian bastante. Sin embargo, el acabado minimalista de los radiadores de baja temperatura aporta un toque de elegancia, sobriedad, modernidad y armonía a las habitaciones donde estén instalados.
Inconvenientes de los radiadores de baja temperatura
1) La instalación suele ser más costosa
Los radiadores tradicionales de hierro fundido, en sus modelos más básicos, suelen costar alrededor de 200 euros. Por supuesto, hay algunos que cuestan menos y otros que cuestan mucho más. Por su parte, los radiadores de baja temperatura tienen costos iniciales de aproximadamente 200 euros también, si bien algunos de ellos cuestan hasta miles de euros, como veremos en el próximo punto.
Esto significa que el hecho de que la instalación de radiadores de baja temperatura sea más costosa, no se debe al aparato mismo, sino a la instalación de todo el sistema. Como los radiadores de baja temperatura se instalan en sistemas de aerotermia, el costo de la instalación suele ser mucho mayor que el de un sistema de calefacción basado en caldera y radiadores tradicionales.
Esto no quiere decir que no se pueda remplazar una caldera por una bomba de calor, y seguir usando los radiadores tradicionales que ya estaban instalados. Sin embargo, en este tipo de instalación la eficiencia energética no será notable, y no habrá un gran ahorro por concepto de combustible.
2) Sus materiales son menos duraderos
Si tomamos como referencia un radiador de hierro fundido de los más tradicionales, todos tenemos claro que, aunque quizás sean menos elegantes y luzcan como artefactos anticuados, lo cierto es que pueden durar una eternidad, siempre que reciban mantenimiento y se protejan del óxido y la corrosión. No ocurre lo mismo con los modernos radiadores de baja temperatura. Sus materiales más tecnológicos, más fácilmente maleables y elegantes, suelen ser a la vez menos duraderos.
No obstante, hay que decir que en el mercado existen radiadores de baja temperatura fabricados en hierro fundido. En este tipo de radiadores se combina todo lo bueno de los radiadores tradicionales y de los radiadores de baja temperatura. Lo malo de los radiadores de baja temperatura de hierro fundido, es que su precio suele ser notablemente alto. Pueden llegar a costar miles de euros.
3) Tienen poca inercia térmica
Se denomina inercia térmica a la tendencia de un material a conservar durante menos o más tiempo el calor, a pesar que la fuente de calor haya cesado. En el caso de un sistema de calefacción, la fuente de calor es la caldera o la bomba de calor. Los radiadores tradicionales de hierro fundido tienen una estupenda inercia térmica. Pueden mantenerse calentando mucho tiempo después de que la caldera haya dejado de enviarles agua caliente. Debido a la misma inercia térmica alta, los radiadores tradicionales también tardan más en calentarse.
También en los radiadores de baja temperatura este inconveniente tiene dos caras. Es decir, constituye un inconveniente y a la vez una ventaja. Por un lado, los radiadores de baja temperatura generan el calor más rápido que los tradicionales, y por lo mismo, se enfrían y dejan de emitir calor más rápido. Esto se debe principalmente a que los radiadores de baja temperatura, a pesar de su nombre, no emiten el calor por radiación (como sí lo hacen los radiadores tradicionales), sino por convección. En los radiadores de baja temperatura, un intercambiador calienta el aire y lo expulsa por una rejilla ubicada en la parte superior del aparato.
Tabla de ventajas e inconvenientes de los radiadores de baja temperatura
En la siguiente tabla hemos resumido todas las ventajes e inconvenientes de los radiadores de baja temperatura que hemos estado analizando hasta ahora en el artículo.
TABLA DE VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LOS RADIADORES DE BAJA TEMPERATURA |
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VENTAJAS |
INCONVENIENTES |
Son más eficientes en sentido energético. Esto se debe también a que se suelen instalar en sistemas de calefacción por aerotermia. |
Su precio es equiparable al de los radiadores tradicionales, pero el costo de la instalación de calefacción por aerotermia es bastante mayor que el de la calefacción por caldera. |
Consumen menos cantidad de agua caliente para producir la misma cantidad de calor. |
Los materiales, si bien pueden durar muchos años, no son tan macizos y duraderos como los de los radiadores tradicionales. Suelen ser mucho más vulnerables a impactos. |
Generan un nivel de calefacción adecuado para la familia, a pesar de gastar menos energía y recursos. |
Al distribuir el calor por convección y no por radiación, se calientan más rápido que los radiadores tradicionales, pero su calor cesa apenas dejan de recibir agua caliente. |
Su fabricación requiere menor cantidad de materiales, por lo que ahorran materias primas. |
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El tipo de materiales con que se fabrican suelen ser menos pesados que los tradicionales. |
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Al trabajar con mucha menos agua, pueden tener un tamaño más reducido y compacto. |
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Se fabrican en diseños, colores y acabados muy elegantes y sobrios. |
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